El bosque fragmentado
Incrustados en el paisaje asfaltado de la capital cohabitan 1´200.000 árboles que son un pincelazo verde dentro del espacio público de Bogotá. Es un bosque urbano que merece el mismo cuidado y preservación que cualquier otro. Sus árboles son de diferentes alturas, colores y frutos, están en los separadores de las avenidas, andenes, alamedas y parques.
Desafortunadamente no todos le hacen bien al suelo bogotano y a sus habitantes. Lo anterior no es casualidad pues los árboles que generan daños no pertenecen realmente a nuestro continente, estos hicieron parte de la migración europea que en tiempos de la conquista trajo a América productos, nuevas culturas, idiomas y además estos arbustos que sembraron aquí sus raíces… literalmente.
Eucalipto o eucaliptus (Eucalyptus). Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Eucalyptus
Es el caso de un eucalipto gigante, ubicado ubicado en un predio abandonado de la calle 174 con Autopista Norte, que en marzo del 2014 cedió al peso de sus ramas mojadas por la lluvia y a la debilidad de sus foráneas raíces y cayó. De las personas que esperaban el bus bajo sus aromáticas hojas, tres resultaron heridas y una mujer murió. Este triste y repetido evento es el resultado de la cantidad de árboles no nativos que durante siglos han poblado la ciudad, es un llamado de la tierra a proteger y a protegernos del bosque fragmentado que habita dentro de Bogotá.
Luis Olmedo Martínez, el director del Jardín Botánico, afirma que: “No hay árboles malos, el problema es que las especies no nativas son más susceptibles de volcamiento y ruptura de sus ramas, sus raíces no crecen lo suficiente porque son árboles muy altos para el suelo de la ciudad”. Justamente las especies que más accidentes han causado son las foráneas: Acacia, eucalipto, ciprés y pino.
Ciprés o Cupressus. Foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Cupressus
La mayoría de los árboles que hacen parte de la infraestructura capitalina están a cargo del Jardín Botánico, muchos otros están en predios privados sin el menor control y cuidado. Sumado a esto el 35 por ciento de los árboles bogotanos están en franco deterioro por su vejez, por ejemplo en el separador de la carrera Séptima hay más de cien Cauchos sabaneros afectados por un hongo.
¿Qué hacer?
Una de las recomendaciones del director del Jardín Botánico es sembrar árboles nativos como el nogal, el cedro y el roble. Por otro lado se hace una invitación a respetar los arboles traídos del viejo continente, pero sin descuidar su mantenimiento y podado preventivo.
Acacia. Foto:https://es.wikipedia.org/wiki/Acacia
Es importante sembrar árboles en zonas abiertas como parques, y no en antejardines o cerca de las viviendas, se debe tener presente que las especies nativas son más amables con el medio ambiente y antes de plantarlo es mejor asesorarse con el Jardín Botánico. Sembrar un árbol acarrea la misma responsabilidad que tener un hijo o escribir un libro y mucho más cuando este hace parte de un bosque interrumpido por concreto y asfalto, en interacción con las personas.
Nuestro bosque urbano es una realidad, su misión va más allá de servir como baño improvisado, nombre para unidad residencial o club, o sostén de luces navideñas. Los árboles hacen más soportable la ciudad, purifican nuestro aire, mejoran la estética de la urbe y sirven de morada para aves y niños creativos y juguetones.